Wallover está formado por módulos a medida que pueden componerse en un solo volumen o deconstruirse en composiciones más dinámicas.
Elementos libres con los que crear infinitas configuraciones que definen la personalidad de la pared, como si de un cuadro se tratara, gracias a la tensión de las proporciones, el ritmo, la sensorialidad de los materiales y la luz aplicada a los volúmenes.